Marcar dónde está la línea entre la realidad y la ficción en los cánones de belleza, exaltando ciertos rasgos que la naturaleza no es generosa a la hora de otorgarlos, es una peligrosa tarea.
En la imagen tenemos una curiosa campaña publicitaria de lo más subversiva. Nos muestra la "cara B", con un claro ejemplo, de cuando el photoshop pasa del uso al abuso (con toda su paleta de posibilidades a la hora de establecer cánones imposibles).
Dos apuntes: la publicidad es un contrato, y además posee un importante fin social; establezcamos nuestros propios límites antes que nos vengan impuestos.
Fuente: Gentebeta
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